El comercio internacional ha sufrido múltiples problemas a consecuencia de la pandemia: cuellos de botella en la cadena de suministros, sustitución de proveedores, retrasos en la producción y escasez de componentes. Sin embargo, también trajo oportunidades para ciertas economías, especialmente a través del nearshoring. Para América del Norte, en general, y para México, en particular, esta estrategia puede marcar un nuevo rumbo.

El nearshoring, como se conoce a la prestación de servicios desde países cercanos al país contratante, generalmente compartiendo fronteras, se ha consolidado como una buena estrategia comercial en todo el mundo y, precisamente, sobre este tema Alejandro Padilla, Director General Adjunto de Análisis Económico y Financiero de Banorte, platicó con el Doctor en Economía Luis de la Calle, en Norte Económico, el podcast de Grupo Financiero Banorte.

Luis de la Calle explicó que uno de los ejemplos más representativos del nearshoring, cuando se escalan a una estructura más desarrollada, son India y China, donde actualmente ya lideran este tipo de negocios; sin embargo, en América del Norte, particularmente en México, se ve una oportunidad que debería aprovecharse despacio y de forma consistente, por las tres ventajas competitivas en las que se sustenta:

1. Pirámide demográfica joven, especialmente en México, donde la distribución etaria ofrece grandes oportunidades para planear proyectos a mediano y largo plazos.
2. Precio de la energía en la región que es el más competitivo en el mundo, a diferencia de lo que sucede en países de Asia y Europa, lo que permite que la operación sea más rentable.
3. Ecosistemas de innovación , los cuales florecen cuando existe la cultura de crear, pero requieren de apertura de pensamiento. (En Asia, el control político genera una restricción de la creatividad por miedo a que cualquier innovación ponga en peligro la estabilidad del gobierno, una situación que en México no está presente).

Para Luis de la Calle, por esas tres razones: mercado laboral y demografía, tecnología y energía puede preverse que en América del Norte vamos a tener una rebanada del pastel cada vez más grande, en términos de la coproducción transpacífica. En cuanto a México, al evaluar de forma específica las oportunidades de crecimiento en las industrias, el país tiene zonas que van muy bien encaminadas y que ya reciben los beneficios del nearshoring como la zona norte y el Bajío, porque el resto del país logrará insertarse a esos flujos cuando tenga la logística, la energía, los ingenieros y el estado de derecho que se requieren para poder competir en esos ámbitos.

Desde el punto de vista sectorial, consideró que el gran reto para América del Norte es integrarse más verticalmente y tener una amplia oferta de insumos para la producción de bienes finales, y eso implica aprovechar el precio reducido del gas natural, lo que le da una gran oportunidad a América del Norte para desarrollar aceros especializados, que son intensivos en gas y permiten incrementar el valor agregado por línea producida.

Partiendo de lo anterior, Luis de la Calle dijo que uno de los primeros retos que tiene América del Norte es el aprovechamiento del gas natural a través del desarrollo de las industrias petroquímica, del acero, del vidrio (y de todos sus derivados), así como de la industria de las fibras sintéticas para incorporar más valor agregado por línea exportada.

“Por ejemplo, un televisor, una computadora o un celular son derivados del gas natural, lo que tienes en las manos casi todo es gas natural o derivados del etano, entonces, en la medida en la que no tengamos un mercado de energía integrado en América del Norte, no vamos a poder aprovechar esa oportunidad”, explicó.

Agregó que, además de la energía, los sectores que van a tener un mayor crecimiento serán las industrias agroalimentaria, médica y automotriz. La agroalimentaria porque México terminó 2021 con 25% de participación de mercado en Estados Unidos y no tiene competencia con Asia porque América del Norte es proveedor de Asia. “Ahí más bien los flujos van a ser en el sentido inverso, América del Norte exportando a Asia en números crecientes. Eso ya está sucediendo y la transformación del campo mexicano es no solamente para la producción de bienes primarios, sino para la manufactura de preparaciones alimenticias donde se encuentra el crecimiento más importante”.

Respecto a la industria médica, México ya es un gran proveedor de muchos dispositivos que se utilizan con pacientes o en quirófanos. “Tú entras a un quirófano en Estados Unidos y la mitad de los productos vienen de China y la otra mitad de México. Desde los guantes que utiliza el cirujano hasta las batas, el cubrebocas, el bisturí, el stent que le ponen a una arteria coronaria está hecho en Tijuana o en Ciudad Juárez, y eso tiene posibilidades de crecimiento porque el Covid mostró que la dependencia regional con respecto a Asia en el sector médico no es aconsejable y, por lo tanto, vamos a observar un crecimiento muy grande en América del Norte”, explicó y agregó que también hay una enorme capacidad de crecimiento en el desarrollo de farmacéuticos, biología molecular, análisis clínicos para las pruebas para los futuros medicamentos y turismo médico.

Del sector automotriz, dijo que México es una potencia y tiene un enorme potencial, pero ese potencial lo vamos a desarrollar solamente si tenemos un mercado abierto, porque se va a requerir proveeduría mundial, ya que los automóviles del futuro van a ser electrónicos y la electrónica requiere proveeduría mundial.

La oportunidad está presente, pero aún hay tareas pendientes…

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