Enrique Presburguer, presidente nacional de ASOFOM

Dicen que la política es forma sobre fondo. Quizá sí, pero para una generación que paulatinamente será relevada. Las generaciones de hoy piensan justamente en sentido opuesto: Sólo el fondo importa. El protocolo vacío y el compromiso aparente sin significado, ya no es apreciado

La convención de Sofomes demostró ser uno de los eventos más importantes del sector privado en México. Hablamos de un gremio de dos mil entidades que representan el 20 por ciento del financiamiento al sector empresarial privado (sí, uno de cada 5 pesos del crédito en México lo dan las Sofomes), un sector que atiende a más de 30 millones de mexicanos, presta 1.1 billones de pesos y es el de mayor actividad bursátil en México desde hace casi 10 años. Las Sofomes fueron la única figura financiera que siguió prestando en la pandemia. El apoyo a las Pymes mexicanas tiene un antes y un después gracias a esta figura.

Sin embargo, no fue esto lo que verdaderamente resaltó en la convención. Fue el hecho de ver por primera vez al Banco de México, a la Condusef, a la CNBV y a la SHCP en un presidium distinto a la convención bancaria. Y hablando de cuestiones inéditas, por primera vez las principales calificadoras del mundo se sentaron en un mismo panel a platicar de datos compartidos. BIVA y BMV también se sentaron codo a codo a intercambiar datos duros sobre el sector. La Amafore acudió directamente a platicar con intermediarios financieros no bancarios, y hasta conductores como Sergio Sarmiento y Alberto Aguilar, de medios distintos, compartieron escenario. Algo en esta convención hizo a todos estos actores romper el protocolo, acceder a sentarse entre competidores, compartir información, y tratarse cordialmente. Algo cambió de fondo.

Como presidente de la Asofom, tuve el privilegio de agradecer al presidum de una manera muy particular. Aludiendo a cada uno de los funcionarios presentes, no por cargo, sino por nombre propio, señalándoles algún acto que hicieron de manera auténtica para apoyar al sector durante su presidencia. “Detrás de los cargos hay padres, hijos, y hermanos que pocas veces en su línea de vida tienen la facultad de influir sobre el destino de un país. Es ahí, desde esa posición de conciencia sobre el legado, que las personas dan vida a las instituciones”

Hemos presenciado el inicio de un nuevo paradigma de liderazgo, a la altura de lo que México necesita. El sector privado y el gobierno, acercándose a tientas, para empezar a trabajar juntos. Los procesos llevarán su tiempo, y serán procesos paulatinos. Pero sin duda el camino se ve luminoso. Como lo expresé en el evento, rodeado por un extraordinario equipo de todas las regiones del país, “no se trata de hacer cosas extraordinarias, sino cosas ordinarias, extraordinariamente bien”.

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