Emma Raducanu conquistó el abierto americano a los 18 años y su vida dio un vuelco por completo.
Su sonrisa, su cara de sorpresa, su emoción genuina. Emma Raducanu llegó como una bocanada de aire fresco para el tenis femenino. A sus 18 años, la tenista nacida en Toronto en 2002 de madre china y padre rumano y viviendo en Inglaterra desde los dos años, ahora está revolucionada por su veloz ascenso. Su victoria en el US Open quedará en la historia.
Todo comenzó cuando recibió un wild card (invitación) para Wimbledon y sorprendió llegando a la segunda semana del torneo, cuando era la 338 de la WTA, al tiempo que rendía exámenes en la Newstead School. Los ojos de todos se posaron en ella tras su sorpresiva aparición en el All England y el salto lo pegó en New York, convirtiéndose en la primera mujer británica en ganar un título individual de Grand Slam desde Virginia Wade en 1977. Y con el plus de haber llegado desde la qualy.
Emma ya regresó a su hogar en Bromley y se reencontró con su padre Ian y su madre Renee, que decidió no posar para las fotos, y volvió un poco a la normalidad comiendo dumplins que ella le preparó antes de regresar al circuito. Tras ganar 2.4 millones de dólares en el US Open, dijo que lo primero que iba a hacer con el dinero era comprarse unos airpods porque perdió los suyos en plena competencia.
Horas después de ganarle a Leylah Fernández, su primer evento fue la gala del Museo de Arte de New York, vestida de Chanel y rodeada de estrellas de la música, el arte, el cine y el deporte. La Reina Isabel le envió una carta de felicitación que, contó Raducanu, será enmarcada.
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