7 de abr. (Sentido Común) — La economía mexicana mostró señales favorables al arranque del año, tras registrar avances por el lado de la demanda interna, que es la parte que registra una velocidad más lenta de recuperación tras los daños ocasionados por la pandemia de covid-19.
En primer lugar, la inversión fija bruta creció 3.3% en enero frente a diciembre, lo que significó su tercer avance en los últimos cuatro meses, en cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Este indicador que permite anticipar la producción futura del país, a partir de los gastos realizados en maquinaria y equipo, todavía se ubica 5.2% por debajo del nivel que tenía en marzo de 2020, antes de que la pandemia de covid-19 ocasionara un freno a la actividad económica de México y llevara la inversión a niveles que tenía en el año 1997.
De hecho, en su comparación anual o frente al nivel que tenía en enero de 2020, la inversión registró una caída de 10.6% en su serie original, con lo que hiló 24 meses seguidos a la baja.
El resultado rebasó las expectativas de los analistas encuestados por la agencia de noticias Infosel, quienes estimaban un avance de 2% mensual desestacionalizada y una caída de 12.8% anual en su serie original.
“La inversión sorprendió con su resiliencia en enero, aunque el contexto más amplio sigue siendo negativo para este rubro de la demanda agregada, pues su variación frente al mismo mes del año pasado es de -10.6% y frente a noviembre de 2016, el punto máximo de la serie, de -20.5%”, escribió Marcos Arias, economista con Grupo Monex, en un reporte. “Dadas las adversidades que se resintieron en febrero, consideramos que la inversión podría tener una caída cercana a 1.0% mensual, lo que contribuirá a que el desempeño global del primer trimestre sea más limitado y similar a lo que podría observarse el resto del año”.
Para los analistas, si bien se ha logrado recuperar casi todo el daño ocasionado por la pandemia, la inversión ya venía deprimida desde un año antes y aún faltará tiempo para que la demanda interna regrese a niveles expansivos.
“Si bien las tasas mensuales han sido elevadas, hay que recordar que la inversión cayó más de 18% en 2020 e incluso registró tasas de hasta -40% anual a inicios de la pandemia”, escribió Ricardo Aguilar, economista con banco Invex, en un reporte. “Adicionalmente, cabe destacar que la inversión ya caía incluso antes de la emergencia sanitaria (-4.6% en 2019). En otras palabras, no sólo hay que recuperar lo que se perdió el año pasado”.
Además de la recuperación de la inversión, México también registró una mejoría del consumo en el mercado interno al arranque del año, al crecer 1% en enero frente a diciembre –serie desestacionalizada– y caer 7.1% anual –serie original.
El consumo tenía en contra las medidas de restricción social que impuso el gobierno desde inicios de diciembre, para frenar una nueva ola de contagios de la pandemia de covid-19.
Para los analistas, el horizonte del consumo dependerá de la capacidad del control de la pandemia y de la posibilidad de que se reimpongan medidas más estrictas a la movilidad social.
“Prevemos que, con la reapertura parcial de la economía, el menor confinamiento, el progreso en la vacunación y la recuperación de algunos puestos de trabajo, a partir de los meses de febrero y marzo, el consumo dará señales de recuperación”, escribió Ángel Huerta, economista con el banco Ve por Más, en un reporte. “Sin embargo, su progreso será moderado, considerando, por un lado, el lento despliegue de las vacunas, lo que retrasará una amplia normalización de la actividad económica; y, por el otro, que la ausencia de apoyos económicos a negocios implica que muchos de ellos cierren definitivamente y, por lo tanto, algunos empleos sean irrecuperables, limitando los ingresos y la capacidad de gasto de los hogares”.
Tanto los analistas como el gobierno coincidían en que la economía mexicana, si bien tiene mejores perspectivas, ha recuperado del daño ocasionado por la pandemia a dos velocidades distintas: con un sector externo muy dinámico y con una demanda interna débil.
Hacia adelante, el consenso de los economistas, incluidos los del Fondo Monetario Internacional— coincide en que la fortaleza esperada en la economía de Estados Unidos –por el paquete de estímulos pandémicos y por el paquete de infraestructura propuesto por el gobierno de Joseph R. Biden– ayudará a que la economía mexicana gane tracción y crezca más de lo que se esperaba hasta hace unos meses.
“Considerando esto, seguimos esperando que la demanda externa sea la principal fuente de crecimiento en 2021, reflejado principalmente en un mejor desempeño de las exportaciones”, escribieron Juan Carlos Alderete y Francisco Flores, economista con el banco Banorte Ixe, en un reporte. “No obstante, otros sectores clave a nivel doméstico (e.g. turismo, entretenimiento) podrían mejorar gradualmente mientras que esto y las vacunaciones ganen fuerza”.
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